Raíces, Aventura Apaporis, navegando por el rio Cananarí
Cuando era adolescente uno de mis grandes sueños era viajar por Colombia. Y asi es, los sueños se hacen realidad, ¡sueña en grande, no dejes de soñar!.
Hace un par de semanas tuve el gran placer de visitar Vaupés. Volamos a Mitú, de alli una pequeña aeronave hasta un remoto lugar, sobrevolando la inmesa majestuosidad de la selva, luego canoa navegando por el rio Cananarí. Después de varias horas de caminata llegamos al sagrado Tepuy Morroco. Una expedición a un territorio encantado, de gente cálida y amable que respira inocencia, albergue de la ventana del mundo. Es allí donde se detiene el tiempo, donde las mariposas se vuelven compañeras de viaje y los majestuosos tucanes colorean tu andar, donde te fundes con el todo reconociéndote parte de el. Donde los rios son espejo de la exuberancia de la Madre selva y la Maloka se convierte en hogar. Danzando con el corazón la danza sagrada del Yurupari, sanando el cuerpo, limpiando el alma, en ceremonia sagrada con medicinas de la Madre Naturaleza.
Junio 23, 2021- Contenta y lista para recibir informacion divina. Pidiendo protección y permiso al territorio. Guia sobre mis acciones, gracias Padre Cielo, gracias Madre Tierra. Gracias
Junio 24, 2021 – Algo tensa, confiada en que todo está bien, que el planeta es mi zona de confort, que donde quiera que voy es mi hogar, mi casa esta conmigo, dentro de mi. Gracias, gracias, gracias. El frio, el calor, cansancio, me llevo al límite. Me irrito, no me autorregulo algunas veces. Camino hacia Morroco si lo logré, como grande, grandeza, totalidad, silencio. Respiraciones conscientes, lentas y profundas son la clave. Me la gana mi ego, mi amado ego, algunas veces. Ego arrogante, indomable, soberbio, al que le doy muchas gracias porque me ha acompañado a sobrevivir, el ego necesita sobrevivir, mi ser simplemente Ser.
28 junio 2021 – Mi sueño anoche, “al regreso del viaje en lancha un animal grande mimetizado en la selva, un gigante leopardo. Algo salía de una pierna derecha, una picadura, salia algo verde, templos, agua, piscinas tal vez. También algo muy placentero, otra mujer-yo”. Entonces llegan los hàbitos: el café, el hacer, el pollo, la comida, Coca-Cola, memorias que llevan otra vez al consumo, al apego, al necesitar. El ego necesita, el Ser es. El ego fragmenta, el Ser es. El ego divide, el Ser es totalidad.
Unos pocos días que se convierten en eternidad donde las almas, el Ser, la divinidad se funden en un entramado como las raíces de los árboles en los espesos bosques selváticos donde se apoyan unos con otros, formando nuevos caminos, apoyos, formando escalones flotantes para ascender a la magia de la inmensidad, del silencio; para descender a las aguas cristalinas de los rios, las cascadas, lo sagrado, lo intocable, la sabiduría ancestral, los mitos, las leyendas, las creencias. Esas creencias que definen el andar, mi andar – el de comunidades y naciones enteras – que pueden llevar a un encierro infernal o a volar en libertad. Esa libertad que da el caminar y caminar, conectando a cada paso con la medicina sagrada de tu propia respiración, conectando a cada instante con la creencia sentida de estar arraigándote con cada pisada de cada pie al poder, a la fuerza, el sostén y la seguridad que te otorga la Madre Tierra. La libertad y la confianza que te da el soltarte a Ser tal y como eres sin esperar nada a cambio, desapegados de expectativas, preparados para lo que llegue, para lo que venga: las visiones, la nada, las lluvias, el sol, los arco iris, que aparecen unos tras otros para recordar que la magia existe, asi sea por unos segundos.
Pregunto entonces: ¿Qué es el frio, el calor, el hambre, la pobreza?, ¿son acaso estados mentales, creencias? Si, asi es. Vuelvo a la medicina de la respiración que me permite calentar, refrescar, nutrir, revitalizar, humedecer cada cèlula de mi sagrado cuerpo, que he habitado y que también es morada de la mente, esa mente que permite crear y tambien destruir, esa mente que aprendió que el frio, el hambre, el calor son razones suficientes para arruinar el instante. La vida es ese instante a instante que surge algunas veces desde el corazón y otras desde la razón; esa razón que quiere saberlo todo, entenderlo todo, comprenderlo todo, calificarlo todo, catalogarlo todo con juicios de valor-bueno, malo, bonito, feo, bajo, alto, frio, caliente, hombre, mujer; y de repente cierro los ojos y me doy cuenta que todo es un sueño, una ilusión, y que puedo jugar a Ser maga, a Ser Chamán, que puedo Ser sana, estar sana y sanar porque la enfermedad es también una ilusión, esa ilusión del ego que se manifiesta en el cuerpo como mensajera del alma para soltar, alivianar las maletas, para viajar mas ligeros, sin apegos, desprendiéndonos poco a poco del verbo, adentrándonos en la sabiduría del silencio que permite contemplar la flor.
Sandra Marcela Serenity, Mitú-Vaupés-Colombia, 28 de Junio del 2021
#Tepuy montaña o morada de los dioses en idioma indígena pemón. Formaciones montañosas muy antiguas, tipo meseta, con paredes verticales, algunas conformadas de cuarcitas, areniscas y coloridas pizarras.