Presencia = el aquí y el ahora, uno de los tres grandes pilares de la terapia Gestalt. Para mí una fuerza, la fuerza de vida, la fuerza de estar despierta, aceptando y disfrutando el momento presente. Sí, estar despierto y alerta al instante, aceptando el presente con lo que hay. Eligiendo, también a cada instante, una actitud frente a las circunstancias de la vida. Decidiendo estar despierto, con todos los sentidos y disfrutando cada experiencia. Al leer las palabras que acabo de escribir, suena sencillo, pero llevarlo a la práctica, incorporarlo a la cotidianidad, exige toda una maestría. ¿Se puede? Sí, con decisión, consciencia y práctica. Sí es posible. Todo es posible si pones la intención en tu mente, en tus palabras y en tu corazón.
Ayer conversaba con una amiga y ella me manifestaba la tristeza que sentía porque sus hijos habían logrado trabajar para pagar sus deudas y quedar tranquilos sin compromisos financieros, pero no les había alcanzado la plata para dar la cuota inicial para comprar un apartamento. Este es el ejemplo perfecto de cómo algunos seres humanos eligen vivir desde la carencia y, algunas veces, ven solamente lo que les falta y no lo que tienen en el momento presente. Es un ejemplo que muestra con claridad, también, la otra posibilidad: cómo se podría estar en alegría y contento, disfrutando de la tranquilidad y la dicha de no deber dinero a ninguna entidad financiera o a un tercero. Sin embargo, se elige no ver el momento presente, libre de deudas, y se escoge enfocarse en lo que falta, que es la compra del apartamento. Así, de alguna forma, se encuentra una manera para el descontento, la queja, la desdicha y el no disfrute del momento presente.
A lo largo de la historia, los hombres hemos encontrado cada vez más y más razones que nos envuelven y nos enajenan, llevándonos a perdernos del aquí y del ahora. No solo es la compra de un apartamento. Es también obtener un título universitario, carro, novio, esposo, dinero, apariencia, etc. Me detendré en la apariencia porque es para mí fascinante ver cómo, algunas personas, se pierden del momento presente con su hermoso y perfecto cuerpo y tratan de encajar en unos estándares ridículos de perfección. Si hoy, aquí y ahora, estoy flaco, me gustaría estar algo más rellenito. Si estoy rellenito, me gustaría estar flaco. Si nací con el pelo liso, me gustaría tener rizos. Si mi tez es blanca, quisiera ser moreno. Si nací con la piel oscura, me encantaría ser blanco… y así sigue la interminable lista de insatisfacción con lo que soy, y con lo que hay. Es como una gran bola de nieve, un monstruo interminable, de nunca acabar. Una insatisfacción, queja y desagradecimiento permanentes que se convierten en hábito, en un estilo de vida que lleva al no disfrute, a la desdicha y al sufrimiento.
Fascinante verlo, fascinante darse cuenta. Fascinante tomar acción frente a este fenómeno. Fascinante decidir qué hacer con este hábito. ¿Te suena? ¿Tiene algo que ver con tu vida? ¿Estas contento con tu apariencia personal? ¿Ves solo lo que te falta y te pierdes de disfrutar lo que tienes hoy? ¿Estás hoy aquí y ahora disfrutando y agradeciendo por lo que tienes? ¿Estás esperando obtener esto o aquello para ser feliz? ¿Cómo vives tu aquí y tu ahora, desde tu carencia o desde tu abundancia?
¡Bonita semana para ti!